La justicia no entiende de famosos, clases sociales o profesiones. La de músico no es ninguna excepción. A lo largo de la historia, muchos han sido los artistas musicales que han terminado entre rejas, si bien es cierto que su estancia ha sido más bien una visita que una larga condena. Sus nóminas les hacen vivir como reyes y, en caso de algún que otro exceso, también les sirven para abrir la celda...
A pesar de poseer grandes fortunas, muchas veces, el dinero o la repentina falta de él, suele ser el responsable directo de muchas de sus acciones. Generalmente es la adición a algún tipo de droga y su tenencia la que los conduce hasta la prisión, pero hay otros muchos motivos. Repasamos 10 de los casos más conocidos:
En 1938, a la temprana edad de 23 años, Frank Sinatra fue arrestado y acusado de adulterio tras haber mantenido relaciones con una mujer casada. Al final, fue absuelto por razones que no se conocen muy bien. No obstante, su visita a la cárcel tuvo lugar antes de convertirse en la estrella mundial del cine y la música que terminaría siendo hasta el final de sus días, pero varias veces se le relacionó con el mundo de la mafia.
El considerado por muchos como el mejor guitarrista de la historia del rock fue detenido en el aeropuerto de Toronto en mayo de 1969 después de que los inspectores de aduanas encontraran heroína y hachís en su equipaje. Sin embargo, Hendrix se libró pronto de la cárcel al ser absuelto de los cargos. Suerte para él y para su legión de fans...
El 20 de septiembre de 1970 arrestaron al emblemático líder de The Doors. Fue condenado a seis meses de prisión acusado de blasfemia y exposición indecente durante un concierto en el que muchos aseguraron que mostró su pene al público. Por miedo a terminar en prisión, el rey lagarto decidió abandonar la música y mudarse a París, donde meses más tarde fallecería.
Tanto él como su compinche de juergas, Keith Richards, eran muy conocidos en los años 60 por sus interminables y salvajes fiestas en donde mezclaban todo tipo de sustancias prohibidas. El cantante fue varias veces detenido por la policía por posesión de estupefacientes, pero, gracias a una buena billetera, logró esquivar la prisión.
En marzo de 1976, el gran David Bowie fue arrestado después de un concierto en Nueva York cuando estaba en compañía de Iggy Pop. El cantante fue acusado de posesión de marihuana cuando contaba con 29 años. El artista, muy elegante en la imagen, pasó unas horas entre rejas antes de ser puesto en libertad sin cargos.
El legendario cantante de Black Sabbath conoce cárceles de todos los tamaños y colores, pero fue en su primera instancia cuando se tatuó en los nudillos el clásico O-Z-Z-Y. El vocalista fue arrestado tras robar una tienda de ropa a oscuras. Cuando salió del establecimiento, se dio cuenta de que la ropa era para niños. Un testigo lo vio todo y el cantante fue llevado a prisión donde compartió celda con un asesino en serie.
El genial cantante de soul y funk fue detenido en 1988 después de aparecer, revólver en mano, en un seminario sobre seguros. Intentó escaparse y eso no hizo sino sumar faltas: exceso de velocidad, consumo de drogas, asalto y desobediencia de una orden policial. Brown fue condenado a seis años de prisión, aunque finalmente abandonó en 1991. Salió en libertad al grito de "I feel good" (Me siento bien), uno de sus temas más conocidos.
El 18 de mayo de 1986, un todavía desconocido Kurt Cobain fue arrestado por la policía de Washington. Al parecer, el cantante paseaba por el techo de un edificio abandonado, pero fue acusado de allanamiento de una propiedad privada al entrar sin permiso. Tenía 19 años, pero esta no fue su primera experiencia. Un año antes fue arrestado por vandalismo.
Tal vez el caso más sonado en la historia de las 'detenciones musicales'. El rey del pop fue arrestado en 2003 tras ser acusado de abusar de un niño de 12 años en su inmensa finca de Neverland (la segunda acusación en menos de 10 años). Jackson pasó unas horas en el 'talego', pero no estuvo ni siquiera una noche al pactar sus abogados una fianza de 3 millones de dólares que le devolvieron la libertad.
Brian Warner (su nombre real), fue acusado en 2001 por agredir a uno de los guardias de seguridad durante un concierto en Detroit. El cantante pagó la multa, pero, en 2004, fue de nuevo acusado por cruzarse al mismo guardia en uno de sus conciertos. El excéntrico vocalista le cogió por la barbilla y le agredió sexualmente. Al parecer le restregó sus genitales por la cabeza, pero se libró de la cárcel tras dar a cambio una compensación económica.
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